En los horarios más inoportunos, entre gallos y medianoches estuve viendo capítulos de Project Runway, repeticiones de temporadas pasadas que no logran despegarme de la pantalla aunque sepa de memoria quién gano qué desafío, quién llora al final y quién se lastima los dedos con la máquina de coser.
Y quien siempre me llama la atención no es la divina Heidi Klum o la malvada Nina García sino el simpatiquísimo Michael quien, escondido detrás de su tono de voz agudo y su manera encantadora de hablar, suele despacharse con honestidad brutal sobre los diseños de los participantes y con alguna que otra frase célebre: “Tu modelo parece una brioche de papel” o “tu vestido es para la Barbie de los Apalaches”.
Michael Kors comenzó muy joven en Nueva York, su ciudad natal, porque se crió en una familia obsesionada con la moda; su madre fue modelo de Revlon y su abuelo un dandy que prefería ir al sastre a entallarse un traje que ver un buen partido de baseball, hasta opinaba a los 5 años sobre los moños en los trajes de su madre.
En sus comienzos trabajó para boutiques de Nueva York y enseguida impactó a la prensa con su colección, lo que le permitió armar su propia empresa. Durante un tiempo participó en simultáneo en la marca francesa Celine pero en 2003 se separó definitivamente para crecer aún más, desarrollando las marcas MICHAEL y KORS con líneas de jeans y accesorios.
Hoy Michael es reconocido como el gran diseñador americano y está celebrando 30 años en el mundo de la moda y su estilo es mundialmente reconocido como el sport de lujo. Él ha sabido combinar como nadie la practicidad americana con el glamour europeo, como él mismo ha confesado.
En 2010 al recibir el Premio a la trayectoria de la CFDA, algo así como el Premio Oscar de la moda, dio cuenta de que su estilo es para cualquier mujer que quiera sentirse un poco sexy, un poco deportiva pero siempre chic y con sentido del humor y que le gustaría ser recordado como alguien que realmente amó diseñar para las mujeres.
Sus colecciones son muy ponibles ya que hace uso y abuso de las prendas básicas que todas deberíamos tener en nuestro guardarropas. Blazers, pantalones cigarettes, blusas de excelente caída complementadas con bolsos y anteojos, para la ciudad o un fin de semana, nunca estaríamos mal vestidas con estas opciones.
Casi como un guiño a él mismo, usa los colores de la bandera norteamericana y opta por el color block (próxima tendencia) aunque también se atreve a algún color insignia de temporada.
Aquí les dejo algunos modelitos and God bless America!