La conocimos a través del reality show "The Hills", una mezcla de documental y fábula glamorosa protagonizada por Lauren Conrad y Heidi Montag. Las cámaras seguían los vaivenes de su amistad en Los Angeles y mostraban pedacitos de su vida fabulosa.
La tímida Whitney era un personaje secundario en la vida de estas dos chicas, siempre del lado de Lauren a quien había conocido en una pasantía en Teen Vogue mientras las 2 estudiaban Moda en el FIDM.
Tal como en las películas románticas donde al final la chica buena se queda con el novio, el trabajo soñado y es millonaria, a Whitney le pasó algo parecido.
En poco tiempo logró tener su propio programa de televisión "The City", un puesto en DVF en Nueva York y un novio que era un bombón.
Por supuesto su cuento de hadas no termina asi. En DVF conoció a su villana: Olivia Palermo, una chica de clase acomodada y mala como la peste, que le robó el crédito de su trabajo ante los editores de la Revista ELLE y se consiguió un puestazo. Malísima!
La suerte al final estuvo del lado de Whitney quien volvió a su antiguo empleo como asistente de RRPP en People's Revolution y su jefa Kelly, una verdadera bruja para sus empleados, se convirtió en su hada madrina.
Ella la motivó a continuar con su proyecto de diseño de indumentaria y le fue presentando a gente muy influyente: fotógrafos, estilistas y a las temibles compradoras de Barney's y otras tiendas de ropa.
Su primera colección tuvo la suerte de los principiantes con varios aciertos: las leggings con encaje fueron furor y se apropió de los blazers masculinos para acompañar vestidos con estampados bien girlies... un éxito que se vio magnificado en la pantalla chica.
A partir de ahí los cazadores de tendencia la empezaron a seguir de cerca, en cada evento que se presentaba su look era estudiado con mucho detalle a la vez que la comparación con Olivia era inevitable.
Ella misma confiesa que tiene un guardarropas bastante limitado por el poco espacio de su departamento de Nueva York y muchas veces sus mejores outfits los logra mezclando ropa que compra en locales vintage con joyas de su mamá.
No es un detalle menor, pero si sus piernas no fueran kilométricas el resultado sería muy distinto, de este modo ella se puede dar el lujo de combinar pantalones babuchas estampados con zapatillas, vestidos con camperas de cuero y colores que a simple vista parecen incombinables.
Vayan mis felicitaciones para Whitney que se supo imponer cuando no era la preferida y no cambió su singular estilo inspirando a todas las fashionistas a sacar los trapos del placard y combinarlos de manera impensable.