Cuenta la leyenda de Halloween que todos los 31 de octubre las almas que andan penando por el inframundo visitan a sus familiares y todo se tiñe de naranja y negro para ahuyentar a los malos espíritus. Por suerte no soy muy supersticiosa pero ese mismo día llegó a mis manos el lookbook primavera verano 2012 de Carolina Müller ¡y que sorpresa me llevé! El precioso mini objeto de deseo es de un naranja furioso; esto sí que es una señal pensé.
Carolina comenzó su carrera en la moda relativamente hace poco pero cuenta que desde pequeña coleccionaba objetos bellos y es una fanática compradora de zapatos. Luego de un viaje a Brasil se enamoró de los diseños exclusivos de Isabela Capeto que luego trajo a la Argentina y así fue dándose cuenta que quería dedicarse a vestir mujeres que supieran estar más allá de las modas, con una propuesta que les permitiera ser super chic y elegantes, a la vez que discretas y algo misteriosas.
Carolina Müller fue la revelación de la pasarela del BAAM en septiembre pasado, donde presentó su colección para la próxima temporada. Se destacó por encima de todos los diseñadores de la Semana de la Moda con la simplicidad de sus diseños inspirados en los años 70. El styling del desfile fue muy simple y despojado: pelo lacio y make up anaranjado ¿para qué más? Era el complemento perfecto para la personalidad que destilaban sus outfits.
Además sus prendas fueron furor durante el taller que allí dictaron los estilistas brasileños Abraão Ferreira y Ana Clara Garmendia sobre Moda y Lujo. Los vestidos flotaban en la pasarela inundándola de energía y color.
Femenina por demás, Carolina usa gasas, sedas y telas vaporosas que fluyen en túnicas, babuchas y enteritos (o monos como se llaman ahora); sus creaciones transmiten una atmósfera muy relajada, son aptos para una fiesta en un yate en un atardecer en Punta del Este o en Saint Tropez según sus propias palabras.
Si hablamos de la paleta cromática sus colores saturadísimos van de la mano de la tendencia color block que nos invadirá en el verano: verde esmeralda, fucsia y el naranja como estrella, que bajan su intensidad con los más tranquilos blanco, negro y nude.
No quiero dejar de mencionar que la Boutique de Carolina Müller está en la exclusivísima Galería Promenade a metros de L’Orangerie, el famoso salón de Té del Hotel Alvear; un paseo obligatorio para quienes quieran conocer el verdadero lujo de Buenos Aires.
Dicen que las brujas no existen ¿será todo una gran casualidad?