DAM

Cuando Carola Berasso abrió DAM, en diciembre de 1998, eligió Palermo Viejo, porque era el barrio que más se acercaba al espíritu con el que ella soñaba. En esa época Palermo era aún un típico barrio porteño donde solo existían pequeñas tiendas con un estética particular que las unía: Juana de Arco; Salamanca, Fortunata Alegría, Volcánica y Latina eran las únicas boutiques del barrio; y Calma Chicha y Papelera Palermo ayudaban a definir esta identidad.

Luego de graduarse en la escuela de Arte Gerrit Rietveld Academie de Amsterdam, en 1995 Carola volvió a la Argentina con la intención de generar un pequeño espacio que refleje lo que había absorbido en Amsterdam.

De ahí el nombre DAM. A pesar de los drásticos cambios que vivió la zona de Palermo, DAM se mantuvo siempre fiel al plan inicial: una boutique que no está marcada por las tendencias, sino por lo contrario, que intenta seguir su propio rumbo y ajeno al establishment. Con un approach más artístico que comercial y una forma de producción ajena a las convenciones de la industria. DAM se fue configurando y asentando en su filosofía.

Sus prendas únicas están cortadas por la diseñadora, cosidas por una costurerea, y generadas con telas y avíos no convencionales, algunas de ellas antiguas.