La roseraie
Es una idea que nació como una reflexión personal sobre la sutileza y el poder que tiene la sensualidad femenina.
Blossom es un concepto que va más allá de lo que conocemos como feminidad, Blossom propone su significado artístico teniendo como marco principal el cuerpo de todas y cada una de las mujeres que hacen su día a día de diversa manera.
Esta percepción estética de la feminidad, nace para aprender a conocernos, a querernos, a valorarnos, para que seamos nosotras las que nos empoderemos al ver nuestro cuerpo, solo para nosotras, sin importar la opinión ajena.
Blossom -cuyo significado es florecer- es justo eso, el florecer de la belleza femenina a través de una perspectiva diferente, Blossom no es una marca, es una idea que quiere cambiar la forma en que percibimos la belleza femenina, una mirada natural cargada de armonía y sensualidad.
La belleza del diseño está en los detalles, cada pequeña curva es parte de lo que somos, por eso también cada pieza es elaborada a mano, con cuidado y detalle, pensada siempre en que cualquiera que reciba una de nuestras piezas se sienta satisfecha con el resultado, queremos ofrecer y hacer llegar nuestro mensaje a todas las personas que también creen en esta relación personal y única.
Blossom es un todo que representa el ser mujer, el crecer, florecer, pasar etapas, cerrar ciclos y seguir, mi meta es poder plasmar este mensaje y llevarlo lejos, creo que es algo que vale la pena conocer, quiero dar a conocer un pensamiento, una idea, una ruta de vida no una marca.
El germen de esta iniciativa, se gestó hace algunos años, fue como una nube de ideas que llegaron a mi cabeza, todo tenía que ver con las flores. La metáfora y la imagen floral siempre se asocian a la mujer, pero me parece que en un sentido un poco erróneo, la idea -frágil como una flor-, me retumbó una y otra vez, fue entonces cuando quise modificar ese pensamiento, creo que las flores son algo hermoso, visiblemente atractivas, pero más allá de su belleza, de su delicadeza, existen y cumplen un propósito fundamental en la existencia de la vida en la tierra, pero a menudo olvidamos eso y las apreciamos como un simple adorno. Así mismo, muchas veces percibimos la sensualidad femenina, como un atributo atractivo y de uso vano, cuando es allí donde nace el empoderamiento verdadero.
Este reto artístico y estético a la vez, surge de poder apreciar como lo que se percibe de manera errónea puede ser redimensionado a otros ámbitos atractivos donde fluye la figura de la mujer empoderada, ganadora y exitosa. Dueña de su sensualidad y de su manera de ser una hermosa flor.
En este contexto, la lencería que a lo largo del la historia se ha utilizado para encasillar a la mujer como un objeto, es una idea, socialmente elaborada que parecer tomar forma en la edad media donde la ropa y los atuendos utilizados para resaltar atributos femeninos, terminaba siendo un andamiaje casi insoportable y sin embargo era un concepto social impuesto y aceptado para crear mecanismos asociados a sujeciones identitarias.
A lo largo de la historia, esta visión reduccionista se ha modificado, y frente a esta construcción inacaba y en continua mutación quiero ofrecer un concepto donde dejemos de vernos unas a otras encerradas en cuerpos y curvas, veámonos como personas capaces, como mujeres fortalecidas y usemos eso que en algún momento fue usado para manipular nuestra posición social a nuestro favor, querer usar un tipo ropa interior linda sólo para ti, porque está bien quererse, porque es sólo para ti no tiene que ser para resaltar nada para que nadie vea nada. Es solo un regalo íntimo de amor y de estética.
Todos estos conceptos equivocados e inexactos sobre la figura femenina me permitieron elaborar y crear mi idea, empezar con un algo muy sutil que pueda revertir todo la representación social con el que percibimos la sensualidad y la lencería femenina, y usarlo para fortalecernos, romper con estigmas y estándares de belleza que son instituidos por una sociedad aún en proceso de co-creación de la sensualidad femenina.